Nuestros mejores deseos, con 'La Rivoluzione' de Ascanio Celestini.

'LA RIVOLUZIONE' (La Revolución)

Yo soy comunista.

Porque los comunistas son como los marcianos. Algunos dicen que los marcianos son de una inteligencia superior.

Como los comunistas. Otros dicen que los marcianos son unos criminales asesinos que destruirán el mundo. Como los comunistas.

Pero todos saben que los marcianos no existen; que los marcianos son una invención literaria. Un maravilloso cuento de ciencia-ficción.

Como el comunismo.

Visto y considerado que no tenían ya más esperanza comenzaron a caminar como caminó

el famoso 'espectro por Europa'.

Todos, evidentemente, eran unos desgraciados... pero cada uno lo era de manera diferente porque la desgracia golpea siempre a los míseros

Pero con increíble fantasía en las formas. En efecto, estaba aquel que había perdido la casa junto a aquel que simplemente había perdido las llaves de casa y estaba el que había perdido la memoria y por eso no recordaba qué más había perdido Estaba aquel que había perdido la razón.... Y junto a la razón perdió también su equivocación.

Y al final estaba el que había perdido tiempo y por eso no tenía más tiempo que perder y de hecho fue él el que dijo: “¡Atención!” “¡En cinco minutos comienza la revolución! ¡En cinco minutos comienza la revolución!"

"¡En cinco minutos comienza la revolución! ¡En cinco minutos comienza la revolución!

Y mientras caminaban como el espectro caminó por Europa

fueron a parar bajo las ventanas de aquellos que una vez

que una vez decían “Avanti Popolo!” Y decían “Avanti Popolo!” porque enviaban siempre adelante al pueblo

y ellos se quedaban detrás,

quizá a un paso, quizá a un metro Porque a ellos

al ir delante

les daba la risa.

Y con lágrimas en los ojos y la muerte en el corazón vieron el desorden en las fuerzas del orden que no eran ya ni tan fuertes ni eran tan ordenadas.... de hecho habían huido los generales,

tenientes, subtenientes, nadatenientes hasta los Bomberos de Viggiù desde hacía minutos no estaban más... Habían desaparecido velozmente los valientes soldados Que aterrorizan al mundo y enseñan los dientes Por la calle se veía solamente algún brigadiere jubilado enseñando sólo dentaduras postizas.

Y ya se sabe que también los soldados desdentados

entienden bien cómo está la situación... Y se dicen a media voz: “¡En cinco minutos comienza la revolución! ¡En cinco minutos comienza la revolución!"

"¡En cinco minutos comienza la revolución! ¡En cinco minutos comienza la revolución!" El jefe de los jefes, de las polícías y de todos los ejércitos reunidos estaba mirando en la televisión un famoso programa sobre camarones en salsa rosa cuando ocurrió una desagradable interrupción.... El periodista autorizado por la redacción dijo que el concurso del sábado noche, el especial sobre el negro que cruza la frontera el telediario de Paperino, El Gran Hermano con su sobrino las olimpiadas de tirachinas no estarían ya más en antena Dijo “disculpen por la interrupción pero en cinco minutos comienza la revolución!” Así el jefe de los jefes, de la policía y de todos los ejércitos reunidos, por primera vez durante su larga carrera se sintió ser

la persona equivocada en el puesto peor, Él, que por toda la vida siempre había estado así, tan seguro de sí, con las palabras en la boca como los famosos cuadros están en un museo, Ahora en cambio se avergonzaba

de que en una ciudad así, plena de sol se ensuciasen las paredes con su sombra. Aquella masa que caminaba

como el espectro que caminó por Europa

se paró un instante y empezó a contar al contrario, como se cuenta la noche del nuevo año

esperando el año nuevo que comienza

Y dijo...

“menos 5 4 3 2 1" -con un poco de emoción- “¡Respetables señores comienza la revolución! ¡Respetables señores comienza la revolución!"

"¡Respetables señores comienza la revolución! ¡Respetables señores comienza la revolución!

Ascanio Celestini.

'La Rivoluzione'. Disco 'Parole Sante'

Traducción de A. G. H. para La Radical.

Más información sobre el autor: http://www.ascaniocelestini.it/

http://www.ilfattoquotidiano.it/blog/acelestini/